El Hechizo de la Cumbre: Travesía La Galana-Almanzor

El Almanzor y su hermana La Galana con 2.592 m. y 2.564 m. respectivamente, son las dos cumbres mas altas del Sistema Central, pertenecientes a la Sierra de Gredos en la provincia de Ávila. Son cumbres perseguidas por los montañeros de la zona centro y que se sitúan en el Circo de Gredos. Este es el circo glaciar más extenso de la sierra y de todo el Sistema Central con sus 33 hectáreas de superficie aproximada. En la zona más baja del circo está la Laguna Grande de Gredos, que es también de origen glaciar y está situada a una altura de 1.940 m. Junto a esta laguna está el refugio de montaña guardado Elola, muy transitado por montañeros que pretenden ascender a cualquiera de los picos que bordean el circo. El circo de Gredos está dentro de la cuenca hidrográfica del río Tormes, afluente del río Duero.

Tipo de marcha: Travesía

Distancia: 12 Km

Desnivel acumulado: 30 m. de subida + 641 m. de bajada

La ruta de ascenso utilizada por casi todo el mundo para coronar el techo de la Sierra de Gredos, suele partir del refugio Elola y pasando por Hoya Antón dirigirse hacía la Portilla del Crampón. Marga y yo en esta ocasión, vamos a atacar la cima del Almanzor con un punto de origen muy distinto. Partimos de la cumbre de La Galana, puesto que ha sido la meta que nos marcamos al visitar la zona esta vez. El ascenso a La Galana fue rápido y sin contratiempos, logramos alcanzar la cumbre a la una del mediodía y todavía teníamos ganas de seguir pateando. Así que decidimos intentar llegar hasta el Almanzor y completar una gran jornada de montaña. Para ello descendimos, sin perder mucho tiempo, desde la cima de La Galana para retornar hasta el Collado del Venteadero. Desde este collado podemos seguir los hitos de piedra que pasando a los pies del Cuchillar de los Ballesteros nos conducirán hasta la Portilla de los Cobardes. Hacemos este recorrido aprovechando que es verano y que los hitos de piedra son bien visibles. Supongo que en el invierno será mas difícil, lo intentaré en otra ocasión.

Es importantísimo no perderlos de vista, pues aquí no nos vamos a encontrar una senda bien pisada, bien transitada. Se trata como he dicho de un recorrido que sin perder ningún hito nos lleva sin problema a los pies de la Portilla de los Cobardes, pero es fácil despistarse sobre todo llegando a las inmediaciones del cuchillar. Nosotros nos extraviamos un poco, pues llegados a los pies del cuchillar pensamos que los hitos se dirigían hacia la derecha y arriba y era justamente lo contrario. Eso nos llevo prácticamente a ascender una de las primeras agujas. Menos mal que paramos un instante para ver por donde debíamos continuar y nos dimos cuenta de que la ruta no podía ser tan difícil. Nos tocó desandar un pequeño tramo hasta que pudimos encontrar de nuevo el paso correcto, hasta que localizamos los hitos que habíamos perdido.

El itinerario marcado con hitos se mantiene entorno a la cota de los 2.450 metros, vamos mas o menos "llaneando" y aunque en algunos pasos tenemos que echar las manos para ayudarnos y progresar, no es demasiado difícil. En una hora aproximadamente estaremos en la Portilla de los Cobardes y veremos el vértice geodésico que está situado en la cumbre del Almanzor y que es nuestro destino.

Eso si, ahora para alcanzar la cima caminaremos por la parte posterior del pico para tomar la ruta normal de ascenso y que trepando un poco mas en serio, hará que consigamos domar esta preciosa cumbre. Las vistas como en el caso de La Galana son estupendas, podemos ver perfectamente la Laguna Grande aunque bastante seca este año y hacia el suroeste las localidades de Candeleda, Madrigal de la Vera y el Embalse del Rosarito, Navalcán o Valdecañas en la distancia.

Pero no debemos descuidar la hora embelesados con el paisaje o pensando en lo que hemos conseguido en el día, estas dos preciosas cumbres las podremos disfrutar enteramente cuando descendamos sin incidentes y alcancemos el refugio en donde nos espera la cena. Así que nos ponemos en marcha para descender por la Portilla del Crampón. El descenso es largo, bastante empinado, lleno de grandes bloques de piedra hasta casi la Hoya Antón y se nos va ha hacer un poco duro.

Llevamos ya muchas horas caminando desde que a las nueve de la mañana nos poníamos en marcha camino de La Galana y además he cometido un error en la preparación, que nos está haciendo el día mas duro si cabe. Al dejar las mochilas en el refugio en el inicio del ascenso a La Galana, preparé una mochila con lo indispensable para pasar el día. En esa mochila eché agua y algo para comer. La comida resultó suficiente pero no puedo decir lo mismo del agua. La mochila era demasiado pequeña y solamente cogí litro y medio de agua. Totalmente insuficiente para dos personas y para siete horas de marcha. Error, tremendo error y mucho mas teniendo en cuenta que no ha llovido prácticamente nada durante todo el verano y todos los arroyos están secos.

El último trago de agua lo compartimos la señorita Marga y yo en la cumbre del Almanzor. Durante el descenso, mi estado de deshidratación era ya muy acusado. Notaba perfectamente los síntomas. Sequedad de las mucosas, falta de fuerza, disminución del rendimiento, fatiga mental y física. Mi cuerpo pedía agua a gritos. Marga parece que lo llevaba mejor, por lo menos no manifestaba la misma ansiedad que yo. El descenso fue para mi duro, mi error lo estaba pagando bien. Afortunadamente poco antes de llegar a Hoya Antón, me pareció escuchar como un pequeño chorrillo de agua, que rápidamente localicé. Un pequeño arroyo caía entre las rocas produciendo un minúsculo hilo de agua entre alguna de la mas grandes. Así que nos lanzamos como locos a ella para dar a nuestro cuerpo el respiro que necesitaba. Aunque este agua no aporta casi minerales, nos da el cuartelillo suficiente como para llegar al refugio.

Y sin mas incidentes llegamos al refugio en donde pudimos disfrutar de la cena y recuperar las fuerzas después de la larga jornada. Solo nos faltaba montar el campamento para pasar la noche al raso, ya que el refugio estaba completo.